martes, 2 de marzo de 2010

TENGO, TENGO, TENGO.

Mi abuela es amante de la poesía y recuerda, al día de hoy, todos los poemas y versos que aprendió cuando niña. Uno de los que sabe relatar es el de un sujeto que tiene tres ovejas en una cabaña. El verso no es solamente desagradable por la exaltación del anhelo desmedido por tener y por la burla al que no tiene; si no, también, por subyugar a las ovejas a la condición de herramientas. Cuando las ovejas no son herramientas de nadie, son animales libres, como nosotros. Este tipo de versos, poemas y cuentos son parte de la educación especista, que recibieron nuestros padres y abuelos, que recibimos nosotros, y que reciben los niños de hoy.

Hay que comenzar a repensar, cuestionar lo que nos enseñaron como aceptable (pobreza, hambre, explotación animal y humana), y abrir las mentes hacia un mundo más justo para tod@s.

Tengo, tengo, tengo. Tú no tienes nada.
Tengo 3 ovejas, en una cabaña.
Una me da leche
Otra me da lana,
La otra me mantiene, toda la semana.

Tengo, tengo, tengo. Tú no tienes nada.
Tengo tres esclavas, en una cabaña.
A una le arrebato el alimento de su hijo,
A otra le quito su protección contra el frio,
A la otra la otra la exploto, toda la semana.

Tengo, tengo, tengo. Ya no tengo nada.

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