martes, 23 de febrero de 2010

PENSA ANTES DE COMER

En el mundo se matan anualmente más de 50.000.000.000 de animales terrestres para consumo humano.



Estos textos resumen la tortuosa e indigna vida que llevan los animales utilizados para el consumo humano. Pretendo en ellos acercar un poco de la realidad a la que se los somete y desterrar la falsa idea inculcada de que viven felices en una granja y que su muerte es rápida e indolora.


Vacas
Las vacas deben parir para dar leche. El ternero es separado de su madre a los pocos días de nacido y destinado a las granjas de engorda para convertirlo en carne de consumo humano. Para que su carne sea blanda y pálida, se le impide el movimiento y se le induce a la anemia. Las vacas son ordeñadas artificialmente varias veces al día, lo cual les produce ulceras, supuraciones y heridas en las ubres. Cuando la producción de leche baja, las vacas son enviadas al matadero para convertirlas en carne de hamburguesas.

Cerdos
Los cerdos viven en mazmorras donde apenas pueden moverse hasta que alcanzan el peso ideal para ser vendidos. Nunca ven la luz del sol y se les cortan orejas, testículos, rabo y colmillos para que no se mutilen por el estrés del que son victima. Las cerdas están recluidas en estrechos establos donde quedan inmovilizadas, pariendo y amamantando constantemente.


Pollos
Los pollos son engordados mediante hormonas al punto de que sus patas se rompen por no soportar su propio peso. En el matadero son colgados en rieles mecánicos y una cuchilla los decapita estando consientes. La mayoría no ha muerto cuando son lanzados al agua hirviente para quitarle las plumas.


Gallinas
Las gallinas usadas para la producción de huevos viven hacinadas en jaulas de 30x30cm sin poder siquiera estirar las alas. Cuando si ciclo natural de poner huevos se detiene, son privadas de alimento y agua para forzarlas a otro ciclo. Una vez desciende su producción, son enviadas al matadero para convertirlas en caldo o piensos para animales.


Peces
Las redes pesqueras devastan completamente el fondo marino, arrastrando todo lo que hay por su paso: delfines, tiburones, arrecifes de coral y demás animales. Los peces son sacados de las profundidades a gran velocidad, lo cual hace que les estallen las vísceras y los ojos por la descompresión, otros mueren aplastados por otros peces o cortados por las redes. Fuera del mar permanecen agonizantes varios minutos y la mayorías son troceados y procesados todavía vivos.


Crianza, transporte y muerte
Los animales de las granjas industriales han sido castrados, mutilados y marcados sin anestesia. Son criados en espacios pequeños, sin luz natural y transportados durante horas o días hacia el matadero. Los animales son despellejados, desplumados y troceados estando aun consientes.


Daños al medio ambiente
Las granjas industriales son altamente nocivas para el medio ambiente. Los desechos de los animales contaminan las aguas y el subsuelo. Además esta industria es la que mas agua consume y la principal responsable de la tala inmoderada. Se consumen 20 veces más recursos para alimentar a un omnívoro que para alimentar a un vegetariano. El fondo marino es un ecosistema frágil y la pesca industrial le causa daños irreparables. Millones de toneladas de peces considerados no comestibles son lanzados por la borda de los barcos pesqueros, ocasionando contaminación marina.

Daños a la salud
Comer carne es peligroso para la salud humana, pues tiene atas concentraciones de grasa saturada y colesterol y nada de fibra o carbohidratos. Quien consume productos animales es 10 veces más susceptible a enfermedades del corazón y 40% más propenso a padecer algún tipo de cáncer. Estas personas también tienen mayor riesgo de padecer otras enfermedades como la obesidad, artritis, diabetes, infartos o problemas en el aparato digestivo.


Una opción ética y saludable
La mejor manera de ayudar a los animales es no comérselos. El vegetarianismo es un estilo de vida saludable, respetuoso con los animales y con el medio ambiente. Te sorprenderá descubrir los variado y sabroso de esta alimentación.
Los animales, como nosotros son seres con plena capacidad de sentir placer y dolor. El uso que de ellos hacemos no se justifica moralmente pues no respetamos sus intereses en estar vivos, ser libres y no ser torturados.

Si la maquinaria del gobierno... es de tal naturaleza que requiere que seas un agente de la injusticia, entonces yo digo, rompe la ley.

- Henry David Thoreau (ensayista y poeta)

Ver: Fuente

jueves, 18 de febrero de 2010

LA LUCHA DE LOS QUE NO TIENEN VOZ

Me pareció oportuno comenzar el blog con mi testimonio. Voy a subir más información relativa a la liberación animal a medida que pase el tiempo, en pos de la creación de espacios de alteridad y solidaridad por esta lucha. Sus preguntas, apreciaciones y comentarios en general serán siempre bien recibidos. Acá vamos:

A mis 7 años, mi papa me llevo junto a otras familias amigas a pescar a un lago. Lo curioso es que este lago era propiedad de un restaurante y la modalidad consistía en pescar a tu alimento, para darlo al cocinero y este lo prepare para sus comensales.

Cuando me toco tener al pez, que yo mismo había arrebatado de su hábitat, entre mis manos, sentí una profunda lastima. Sus branquias abriéndose y cerrándose compulsivamente en un ahogado anhelo por respirar, su cuerpo frenético moviéndose desesperado, su boca que intentaba modular un grito de angustia, un grito de terror que se perdía en la carencia de sonido. Y aún sin manifestación sonora, no pude ser indiferente a la situación, mis ojos me obligaban a ser conciente de lo brutal de mi acto.

Devolví al pobre animal al lago, e inmediatamente le dije a mi papa que no quería comer más animales. Pero... como era de esperarse, siendo tan niño los argumentos se doblan como un frágil tallo, y los dogmas de nuestros antecesores (y de toda nuestra sociedad) caen sobre nosotros como un incuestionable paralogismo que nace del conformismo y la ignorancia. Y para nuestra desgracia se viste de virtuoso en la tradición, que no es más que una costumbre ciega que el tiempo arrastro hasta nosotros.

Papa - Hijito, en la naturaleza hay animales carnívoros y herbívoros, nosotros somos carnívoros y tenemos que comer carne.
Hijo - Pero ¿Si Dios nos hubiese hecho peces en vez de humanos? no nos gustaría que nos coman.
Papa - Pero Dios nos hizo humanos.

Me negué a comer los cadáveres de los peces que hace poco tiempo había visto con vida. Comí entonces mis verduras, y no falto el adulto que se acerco a mi mesa y me dijo:

Adulto - Claro, al pez no lo comes, pero a la planta si te la comes. ¿No vale la vida de la planta?

En ese entonces, tan niño y sin haberlo pensado con tiempo, no supe que contestar. Hoy le explicaría que las plantas no tienen sistema nervioso, ergo, capacidad de sentir placeres o sufrimientos y tampoco tienen conciencia de si mismas. Los animales si sienten, si pueden sufrir y también pueden disfrutar, y por lo tanto generar intereses y emociones, como los animales humanos.

Demore 13 años en tomar el coraje que había tenido cuando niño y enfrentarme a la situación.

Es necesario devolver con una mirada ética y comprender que los animales no son ni alimento, ni vestimenta, ni entretenimiento, ni objetos para la experimentación. Compañeros en este mundo.

La transformación de nuestro entorno en pos de la liberación animal y humana no es solo una posibilidad, es un deber.


“Desde una edad temprana he rechazado el uso de la carne y llegará el día en que hombres como yo, verán el asesinato de animales como ven el asesinato de personas”. Leonardo Da Vinci (1452 -1519).

miércoles, 3 de febrero de 2010

CUANDO EL SENTIMIENTO SEA VISCERAL, Y LA CONCIENCIA AMOTINE



que este espacio riegue en voces la simiente por transformar.
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